ANIVERSARIO ESCUELA NOCTURNA

Escuela Nocturna 715 “J. B. Iturraspe”  - 97 Aniversario

1913 - 2010


                                                                                                     
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La propuesta teórica de Paulo Freire


La primera vez que me encontré con Paulo Freire fue en 1973. Yo estaba estudiando en el Instituto Ecuménico al Servicio de los Pueblos (inodep), en Paris, y Freire, que era su presidente, vino a presidir una reunión de la asamblea de asociados. Entonces, él vivía en Ginebra, donde se había refugiado después del golpe de Estado en Brasil.

Freire tuvo gran influencia en la alfabetización y la educación de adultos en toda América Latina durante las décadas de los sesenta y los setenta, así como en Asia y África. Prueba de ello es que su pensamiento y propuesta metodológica se estudiaron en las más importantes universidades de Europa y Estados Unidos.

Muchas ideas de la actual educación de adultos tienen su origen en los planteamientos teóricos y metodológicos de Freire, aunque hoy ya no se habla de él ni se le cita. A pesar de eso, parte importante de su pensamiento sigue presente en la teoría y, sobre todo, la práctica de la educación de adultos y comunitaria. A continuación, de manera muy sintética, abordamos los elementos fundamentales de su propuesta teórica: en el marco de un radical humanismo, lo central de la concepción freiriana es que el destino y derecho fundamental de todo hombre, como ser inacabado y siempre abierto, consiste en ser más, en hacerse cada vez más humano. Son tres los elementos que fundamentan su propuesta educativa.

LOS OPRESORES Y LOS OPRIMIDOS

El mundo está dividido en opresores y oprimidos. Los primeros han acaparado los bienes materiales y el poder, cerrando las posibilidades de que los segundos participen del quehacer de la historia y en el vivir humanamente. Al hacerlo así, los opresores mismos bloquean su oportunidad de “ser más”, cambiándola por la de “tener más”.

Ante esto, el oprimido tiene tres caminos: a) Conformarse y adaptarse, lo cual implica aceptar pasivamente su condición. Esto tiene su origen en la falta de conciencia, provocada también por el opresor; b) Interpretar al opresor como el verdadero hombre, aceptar los hábitos de éste como el modelo de lo humano y convertirse él mismo en opresor cuando tenga oportunidad; c) Readquirir su calidad de sujeto activo de la historia mediante la concientización y la expulsión —fuera de sí mismo— de la “sombra del opresor”. El germen primero de la concientización es la capacidad de reconocerse y afirmarse como “sujeto” capaz de transformar el mundo y tomar en sus manos la marcha de las cosas.

EL PROCESO DE LIBERACIÓN

La “praxis liberadora” es un proceso dialéctico de acción transformadora y reflexión crítica que busca “ser más”, humanizarse, incidiendo para ello en todos los espacios necesarios y, especialmente, luchando por transformar la situación de opresión. El proceso de liberación y su correspondiente praxis liberadora, aunque se gesta en cada individuo, es un proceso de grupo y mira hacia la “clase oprimida”.

Una condición necesaria es la reconstrucción de la intersubjetividad, cuyo paradigma es el diálogo horizontal y de iguales, la democracia de decisiones y acciones. Sin ello, se reproducirán los esquemas de la opresión. El proceso puede requerir de una primera iniciativa externa al grupo, un “partero” en el sentido socrático. Pero este oficio sólo lo puede desempeñar un oprimido en proceso de liberación, o un antiguo opresor que haya renunciado a su condición. Los opresores no pueden liberarse a sí mismos. Sólo los “oprimidos liberándose” pueden promover la liberación del opresor, privándolo de su derecho a oprimir, vigilando que no pueda retomarlo y ayudándole a eliminar lo que podemos llamar su “falsa conciencia”. El objetivo es una situación en que no haya opresores ni oprimidos, sino hombres liberándose.

LA PEDAGOGÍA DE LA LIBERACIÓN

La pedagogía del oprimido que Freire propone es la de los hombres que, mediante una praxis liberadora, se empeñan y comprometen en la lucha por su liberación. Es la respuesta a la cultura de la dominación. Sus sujetos son los oprimidos que críticamente se saben oprimidos y los que habiendo nacido en el sector de los opresores se trasforman y comprometen su acción en los trabajos de la praxis liberadora.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

Hoy están en desuso algunos de los conceptos y términos que utilizó Freire; lo que tiene plena vigencia es su concepción humanista. Los tres fundamentos de su teoría educativa siguen siendo válidos: a) No es posible una sociedad democrática donde unos tengan todo y otros nada, donde unos se apropien de la mayor parte de la renta nacional y otros queden marginados de la misma. La política pública debe garantizar una justa redistribución del ingreso; b) La liberación de toda forma de opresión, incluyendo la que es producto de la ignorancia y la inconciencia, es una responsabilidad personal que se da en el marco de un colectivo social. Apropiarse de la propia condición de sujeto implica la humanización, hacer valer esta condición evita que unos se impongan a otros y genera condiciones de igualdad; c) La
liberación personal y social exige una pedagogía y una acción educativa que comprometan al sujeto con una acción (praxis liberadora) que transforme constantemente la realidad para hacerla mejor.

 
Alumnos Adultos de Escuela Nocturna 715